Los colores del día.

Un verano naranja.

¿Les ha pasado que de pronto se dan cuenta de algo que nunca habían notado, pero que saben que siempre estuvo ahí?

El ejemplo clásico: se compran una chaqueta negra porque les ha gustado mucho. Comienzan a usarla… y de pronto, todos la tienen. Empiezan a aparecer miles de chaquetas negras iguales alrededor suyo, y dicen “¿por qué todos me copian?”. Pero ustedes saben que no es así. Esas chaquetas siempre estuvieron, y la única diferencia, es que ahora ustedes se fijan en ellas. Antes, no existía el concepto “chaqueta negra” en sus vidas, y luego, inconscientemente, le ponen atención a todas las chaquetas negras del mundo. Por eso es que de pronto ven tantas iguales.

Pues, algo así me pasó hoy a mi, aunque con ciertos matices. Por primera vez en mi vida, usé una polera naranja (nueva). De pronto, en todo el mundo, las cosas de color naranjo comenzaron a proliferar a un ritmo endiablado. ¡Todo era naranjo! Noté la existencia de un jabón naranjo y una toalla naranja en mi casa. Los letreros de “Hombres Trabajando”, las flores del jardín, incluso las paredes del segundo piso de mi casa tenían un tono parecido… ¡Todo era naranjo ahora! ¿Por qué me copian? Jajaja.

No. Yo sé que la verdad es que nunca me había fijado en cuantas cosas naranjas existen en el mundo. Pero como mi mente estaba pensando, en algún rincón, en la novedad de mi polera, inconscientemente, busqué objetos del mismo color. Porque ese era el “tema mental” del día: el color naranjo.

Sé que no es algo muy fuera de lo común, y que quizás ya lo habían pensado… Pero es curioso cómo trabaja nuestra percepción. En realidad, ni sé si es la percepción. Pero los ojos, la memoria y la realidad, a veces nos presentan entretenidos jueguitos, en los detalles. ¿Curioso, no? Ahora, tratemos de sacarle alguna lección.

Creemos que el mundo gira a nuestro alrededor, y que las cosas cambian sólo cuando nosotros las vemos. Pero no. Las cosas fluyen constantemente, los hechos no se detienen, y nosotros no los vemos hasta que nos involucran de alguna forma. Pero nuestra mente lo ve al revés, y nos pone a nosotros mismos primero.

No hubo ningún cambio radical hoy, que haya pintado tantas cosas de naranjo. El cambio fue en mi, y el problema fue que yo nunca antes había notado esa “naranjez”. ¿Qué me dice eso? ¡Qué hay más que sólo la polera! Allá afuera, hay miles de colores esperando por ser descubiertos, y no debemos esperar a que uno de ellos esté en nosotros para empezar a descubrir que está ahí.

La vida va más allá de lo que los ojos pueden ver. Nuestra mente está cerrada al entorno, y se abre sólo cuando el entorno nos toca directamente. Miramos sin observar. ¿Por qué tiene que ser así? ¡Hay más cosas pasando alrededor nuestro!

Personalmente, a partir de hoy, empezaré a fijarme más en las cosas, y en los colores que tienen. Apuesto a que encontraré varias sorpresas, y apuesto a que encontraré más colores que antes.
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