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Mostrando las entradas de 2007

El misterio de las personas.

I: Criterio de Selección.   Cada vez que camino por cualquiera de las calles habituales, tanto de la acelerada gran ciudad que me acoge, como las de mi pausado pueblo originario veo decenas de rostros distintos, detrás de los cuales se encuentran decenas de personalidades, caracteres y pensamientos, y me pregunto, ¿a cuántos de esos rostros volveré a ver en mi vida?. Y lo mismo me pregunto cada uno de los días de mi, hasta ahora, intrascendente existencia. La inmensa mayoría de esos rostros desaparecerán de nuestras vidas, y no compartirán nuestro camino más que por esos ínfimos segundos que dura una mirada. Otros, en cambio se convierten en parte más o menos activamente integrante de nuestra existencia. Y unos pocos, son los seres importantes de la vida, los que nos acompañan, los que tienen categorías tan increíblemente mágicas como “amig@”, “polol@”, “papá”, “mamá”, “herman@”, y una infinidad de otras condiciones llenas de sentimientos humanos y divinos. Pero, ¿cuál es

La calma y la tormenta.

Construimos nuestra vid a a tr avés de errores y aprendizajes. Conocemos personas que simplemente pasan ante nuestros ojos, y otras que penetran hasta lo más profundo del alma, entregando siempre algo por lo cual vivir. Por lo general, éstas últimas permanecen y crean recuerdos de todos los tipos, que perpetúan esos aprendizajes y esa construcción vital.  Pero, ¿qué pasa cuando se mezclan las “categorías”? ¿Cuando cruzas tu camino con una persona que entra en el alma, pero que sabes que no permanecerá en tu vida? Esos casos son como la calma y la tormenta. Inseparables, pero incompatibles en un mismo espacio y tiempo. Opuestos, pero jamás solos. Si no existiera uno, el otro no tendría sentido ni nombre. ¿Qué es una tormenta? Una serie de trastornos de la calma, con elementos nuevos y otros alterados. Así, la calma necesita de la tormenta para sobrevivir como tal, para seguir teniendo valor en este ciclo incuestionable. Siempre hay una calma antes y después de una tormen

La voz de la inexistencia.

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Vivir en un pueblo chico. Una experiencia sublim e. Un catalizador de experiencias como ningún otro. Porque se trata de no existir para el resto del mundo, y de tener que explicar a cada persona que conoces afuera donde queda y cómo es. Pero aquí adentro, cada día ves los rostros familiares y todos existen para ti, sin necesidad de explicación. Como en todos lados, puedes caminar sin que nadie te note. Pero aquí es menos improbable que vuelvas a ver esa expresión con la que te topaste en algún momento. Es menos probable que no reconozcas lugares, cosas y personas familiares a todo tu alrededor. Aquí recuerdas. Son menos las cosas que pasan desapercibidas. Son más en proporción las personas que significan algo o con quienes recuerdas situaciones. Es mayor la comodidad que te da estar en un mundo ya conocido y familiar, a estar en una especie de mausoleo de concreto donde el mayor contacto que tendrás en sus calles serán los grupos espontáneos que esperan el

Necesito.

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Necesito saber lo que hay más allá de lo que ven. Necesito que alguien me diga que lo que veo no está tan lejos del camino. Necesito recuperar lo que entregué algún día. Necesito caminar con más cuidado, porque ahora conozco mejor el suelo. Necesito sentir mi sueño y hacerlo existir. Necesito seguir creciendo hasta lograr volar sin alas. Necesito creer aún más en lo que parece no existir. Necesito conocer aún más esos detalles que aparecen frente a mi. Necesito volver a ser yo mismo, para crear nuevos pronombres. ¿Necesito ser aún más extraño a la normalidad? No sé. Pero sé que esto necesito escribirlo y gritarlo, a pesar de que también sé que escucharás el silencio de mis palabras, y seguiremos por la vía en la que estamos, para crear un nuevo mundo. Necesitamos ese mundo.

Mundo Freak en agonía.

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No debería necesitar decirles más respecto al mundo cruel en que vivimos. Quizás lo que aún no menciono es lo Freak que puede ser. Pero eso deben verlo ustedes mismos para disfrutarlo. Lo más probable es que ya lo notaron y que ya desparramaron algunas carcajadas con las locuras que han visto. No, no es necesario que lo explique más. Unas palabras de mi parte no serían suficientes. Nunca lo son. Escribir esto hoy es absolutamente Freak, desde mis zapatos. Un buen día no es un contexto fiel al tema a tratar. Así que ahorraremos dimensionalidad (tiempo y espacio), yendo directo al grano. En uno de esos amaneceres de trabajo que tuve en las pasadas semanas ocurrió un hecho bastante peculiar que resultó ser la guinda de la torta, hecha de las situaciones extrañas, locas, ilógicas y, si quieren, “anormales”, de cada día. Los protagonistas no podían ser menos afines, según nuestra sagrada lógica. Un basurero y una mujer. Una mujer de la edad de mi madre. Extraña escena q

A Quién Corresponda.

Perdón a quién corresponda por lo que voy a escribir a continuación. ¿Cuál es la idea, Dios? Creaste a un hombre débil, que debería ceñirse a códigos valóricos para poder llevar una vida ordenada, pero a la vez nos mandas pruebas que aparecen más allá de nuestro alcance. Y no lo digo por mi y mis dolores, porque si lo hiciera y me dejara llevar ni siquiera me habría detenido a poner ese título a este escrito, sino que lo digo por los dolores cotidianos de tus amadas creaturas. Mensajes, quizás. Pero entonces, ¿ellos tienen razón? ¿En qué Dios cree cada uno de nosotros? ¿Se repetirá alguna vez? No renegaré, porque tengo 20 años de pruebas de Ti, pero tal como hizo Job, y guardando las proporciones, te preguntaré directamente: ¿cuál es la idea?. Somos nosotros. Voluntad a prueba de pruebas, paciencia a prueba de esperas, dolores a prueba de rendición. Pero, ¿en qué momento nos perdimos tanto? ¿Cómo pudimos desviarnos tanto? ¿Cómo llegamos a estar tan graves?. Cuántas veces he tenido

La Navidad que aún se espera.

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Sucedió durante el mismísimo sagrado 25 de Diciembre del año recién pasado. Niños que probaban sus nuevos juguetes, adolescentes tipo que estrenaban las tenidas que la iban a llevar de aquí en más. Todo como consecuencia de la blanca y mágica Nochebuena. La omnipresente tele muestra estos casos durante el día santo. Tudo bem. Cambiémonos un poco de mundo. Me pareció ver por ahí a unos niños con rasgos distintos a los de quienes siempre veo en la calle. También me pareció escuchar un “- no.. nosotros no la celebramos”.-- ¿Qué es esto? También está dentro de la srta. omnipresente… Un grupo de inmigrantes. Peruanos, bolivianos, orientales e incluso personas de países de la antigua unión soviética, que no tienen ni siquiera un hogar. No había Navidad para ellos. Y no había nada que entender para mi. No hay nacimiento alguno en este mundo en ese día. No estoy tratando de minimizar el festejo ni de negar la existencia de Jesucristo y el Dios en el que ustedes crean. Sólo estoy diciendo que e

Aquí comienza el informativo…

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Interrumpimos su progra mación vidística habitual, para traer hasta ustedes las noticias más rele vantes de las primeras horas del nuevo año… Primero aparecen imágenes de Valpo y de la Torre Entel en Santiago. Infaltables fuegos artificiales, bailes, champaña y muchas personas en dudoso estado y que dan algunas declaraciones desafortunadas (aunque con un solo próposito: dejar saber sus buenos y etílicos deseos para el n uevo año), que lograron arrancarme unas sonrisas. Varios minutos de fuegos y declaraciones. Luego, imágenes de aquellos lamentables casos de personas que no pudieron celebrar con sus seres queridos por sus responsabilidades laborales.. Plazas de peajes, centrales telefónicas y salas de urgencias en hospitales aparecen en sucesión, con sus protagonistas lamentandose y mostrando la improvisada celebración que vivieron. Celebraciones a lo largo de Chile llenan la pantalla, con peculiares tradiciones, como la de los talquinos, de pasar el cambio de año co

"¿Y cómo lo pasaste anoche?"

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Unas botellas de vino tinto. Unos buenos kilos de carne comprada o bien un cordero o un c hivo faenado es a misma tarde. Ensaladas (maíz, una delicate ssen). La excusa: el paso de 31 de Diciembre a 1 de Enero. El cambio de un 6 por un 7 en la cifra que encabeza el calendario. Sé que una de las cosas que más escuc haré a lo largo del 1 de Enero será a cualquier ser humano curioso (o simplemente "cortés") que interactúe conmigo diciendo: “¿y cómo lo pasaste anoche?”, así que intentaré hac er un resumen de m is últimos minutos habitando el Año de la Ovejas , y de los primeros minutos del nuevo. Esta vez, como que se me fueron varias tradiciones, y como que deseé que el calendario marcara un 2001 o menos quizás. Pero es o es “harina de otro costal” (frase ad-hoc a la época de cosechas que hay por éstas tierras). En fin, pasó que a las..: 23:55.. trato de hacerme la idea de que faltan solo ci nco minutos. En la omnipresente TV, todos bailan con todos y tratan de con