Ladrona de los sentidos que caminas por la cuerda floja del atardecer. Forjadora de miradas vida inhóspita de lo metódico jugadora de juegos prístinos controla el porvenir, que yo no alcanzo. Mente indómita de ayer y hoy energía dispersa por el cosmos ave de ruta inalcanzable únete en este asombro constante. Percutora de instrumentos de mi cabeza celadora de tu vida sin cadenas paciente criatura atemporal eterniza las palabras no dichas. Ladrona de los sentidos que caminas por la cuerda floja del atardecer. Compañera de senderos repentinos belleza incomprensible del horizonte caricia cercenada por mis brazos dime que provienes de universos paralelos. Fuente de tormentas y caídas brote de hierba en el mar gris observadora de los segundos derriba de una vez tu muralla indemne. Acorde de sonido impredecible antigua primavera silente renovado otoño perenne te regalo luz y música y palabras. Ladrona de los sentidos adelanta el tiempo que te pertenece y...
Vivir en un pueblo chico. Una experiencia sublim e. Un catalizador de experiencias como ningún otro. Porque se trata de no existir para el resto del mundo, y de tener que explicar a cada persona que conoces afuera donde queda y cómo es. Pero aquí adentro, cada día ves los rostros familiares y todos existen para ti, sin necesidad de explicación. Como en todos lados, puedes caminar sin que nadie te note. Pero aquí es menos improbable que vuelvas a ver esa expresión con la que te topaste en algún momento. Es menos probable que no reconozcas lugares, cosas y personas familiares a todo tu alrededor. Aquí recuerdas. Son menos las cosas que pasan desapercibidas. Son más en proporción las personas que significan algo o con quienes recuerdas situaciones. Es mayor la comodidad que te da estar en un mundo ya conocido y familiar, a estar en una especie de mausoleo de concreto donde el mayor contacto que tendrás en sus calles serán los grupos espontáneos que esperan el...
No debería necesitar decirles más respecto al mundo cruel en que vivimos. Quizás lo que aún no menciono es lo Freak que puede ser. Pero eso deben verlo ustedes mismos para disfrutarlo. Lo más probable es que ya lo notaron y que ya desparramaron algunas carcajadas con las locuras que han visto. No, no es necesario que lo explique más. Unas palabras de mi parte no serían suficientes. Nunca lo son. Escribir esto hoy es absolutamente Freak, desde mis zapatos. Un buen día no es un contexto fiel al tema a tratar. Así que ahorraremos dimensionalidad (tiempo y espacio), yendo directo al grano. En uno de esos amaneceres de trabajo que tuve en las pasadas semanas ocurrió un hecho bastante peculiar que resultó ser la guinda de la torta, hecha de las situaciones extrañas, locas, ilógicas y, si quieren, “anormales”, de cada día. Los protagonistas no podían ser menos afines, según nuestra sagrada lógica. Un basurero y una mujer. Una mujer de la edad de mi madre. Extraña escena q...
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