Ladrona de los sentidos que caminas por la cuerda floja del atardecer. Forjadora de miradas vida inhóspita de lo metódico jugadora de juegos prístinos controla el porvenir, que yo no alcanzo. Mente indómita de ayer y hoy energía dispersa por el cosmos ave de ruta inalcanzable únete en este asombro constante. Percutora de instrumentos de mi cabeza celadora de tu vida sin cadenas paciente criatura atemporal eterniza las palabras no dichas. Ladrona de los sentidos que caminas por la cuerda floja del atardecer. Compañera de senderos repentinos belleza incomprensible del horizonte caricia cercenada por mis brazos dime que provienes de universos paralelos. Fuente de tormentas y caídas brote de hierba en el mar gris observadora de los segundos derriba de una vez tu muralla indemne. Acorde de sonido impredecible antigua primavera silente renovado otoño perenne te regalo luz y música y palabras. Ladrona de los sentidos adelanta el tiempo que te pertenece y...
Purgando mi cabeza de dulzuras espero encontrar salida de este laberinto que es ajeno a mí y mis historias. Sintiendo la ira en mis rodillas espero con violencia el estallido del trozo de papel en que dibujo mis ideas. Golpeando las paredes de un cuarto manchado recorro los momentos en que caminé en el frío y aquellas voces que anunciaron mi caída. Expiando estos pasados de mármol asumo mi total fracaso en el arte de hacer lo que una vez aprendí que debía admirar. El mundo me debe tanto y no lo sabe. Me traicionas en cuerpo y alma, me das lo que no existe, me cierras los pulmones, vida insolada de azar que no respetas ni a tus tiempos. En otra era me hubiese privado de mis ojos pero lo que cansa ya no es gratis los inicios ya no saltan como antes y los finales se escurren tal como han sido. Ya no es que sea pequeño ya no hay piedras que culpar ya no hay explicación alguna a la dirección del huracán a la gota que se derrama en el rincón de mi espacio rí...
I Un día desperté y ya no estaba viviendo mi vida. Era un mundo casi igual al anterior, pero no lo reconocí como aquel en el que estaba viviendo cotidianamente. Los detalles eran distintos, los rinconcitos más íntimos del día, esas pulgadas en las que uno es, ya no estaban en su lugar y eran más fríos. Seguramente debo haberme descuidado y debo haber caído en alguna grieta mientras dormía. En alguna de las vueltas que me di en ese colchón añejo en el que reposaba, algún portal me trajo aquí y me dejó atrapado sin poder regresar. Los días en este universo son extraños. Hay sensaciones que no reconozco, personas que ocupan lugares distintos, partes desordenadas, y la configuración completa del terreno parece ajena, alienígena. No es muy distinto a lo que estaba acostumbrado, pero es diferente en lo esencial, en lo familiar. Ahora tengo una pena infinita, ancestral. No encuentro la vía de regreso. Sueño y ansío con un día retornar al universo que dejé. II Hay ...
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