Ladrona de los sentidos que caminas por la cuerda floja del atardecer. Forjadora de miradas vida inhóspita de lo metódico jugadora de juegos prístinos controla el porvenir, que yo no alcanzo. Mente indómita de ayer y hoy energía dispersa por el cosmos ave de ruta inalcanzable únete en este asombro constante. Percutora de instrumentos de mi cabeza celadora de tu vida sin cadenas paciente criatura atemporal eterniza las palabras no dichas. Ladrona de los sentidos que caminas por la cuerda floja del atardecer. Compañera de senderos repentinos belleza incomprensible del horizonte caricia cercenada por mis brazos dime que provienes de universos paralelos. Fuente de tormentas y caídas brote de hierba en el mar gris observadora de los segundos derriba de una vez tu muralla indemne. Acorde de sonido impredecible antigua primavera silente renovado otoño perenne te regalo luz y música y palabras. Ladrona de los sentidos adelanta el tiempo que te pertenece y
- Hay ocasiones, en que ciertas escenas de nuestros días deberían ir acompañados por una música de fondo. Viceversa, hay canciones que deberían ir acompañadas por ciertos hechos, para crear un complemento perfecto. Uno de estos días recientes, una vez más, tal como hace un tiempo , mi apreciadísimo MP4 me jugó una de esas casualidades. Un día triste, un día en el que estaba preparado para ser como una piedra, la música que sonó en mis oídos durante mi espera, desarmó mi preparada fortaleza, y me puso en el terreno de la más pura emocionalidad. Entonces, aparecieron exactamente las siguientes melodías, en el mismo orden, como si mi reproductor comulgase con lo que había dentro de mi. - Track 1: Algo me decía que era mejor lanzarse a la carretera, antes que seguir un camino que no nos llevaba a ningún lado... Audioslave - "Getaway Car" La frase : "Settle down, I won't hesitate to hit the highway, before you lay me to waste..." - Track 2: La
I Un día desperté y ya no estaba viviendo mi vida. Era un mundo casi igual al anterior, pero no lo reconocí como aquel en el que estaba viviendo cotidianamente. Los detalles eran distintos, los rinconcitos más íntimos del día, esas pulgadas en las que uno es, ya no estaban en su lugar y eran más fríos. Seguramente debo haberme descuidado y debo haber caído en alguna grieta mientras dormía. En alguna de las vueltas que me di en ese colchón añejo en el que reposaba, algún portal me trajo aquí y me dejó atrapado sin poder regresar. Los días en este universo son extraños. Hay sensaciones que no reconozco, personas que ocupan lugares distintos, partes desordenadas, y la configuración completa del terreno parece ajena, alienígena. No es muy distinto a lo que estaba acostumbrado, pero es diferente en lo esencial, en lo familiar. Ahora tengo una pena infinita, ancestral. No encuentro la vía de regreso. Sueño y ansío con un día retornar al universo que dejé. II Hay
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