El Aromo de la Vida

"Un aromo, sólo quiero un aromo para subirme a él", decía el abuelo Juan, un anciano moribundo.

El abuelo, cuando niño, acostumbraba a subirse a un aromo florido y entre las ramas soñaba que era un capitán invencible en su nave de oro.

Así recorría el mundo arrebatándole personas a la muerte.

Bajaba del aromo sólo cuando su madre lo llamaba al anochecer.

Tanto insistió el viejecito que finalmente, como último deseo, lo llevaron al pie de un enorme aromo florido.

El anciano se incorporó de su camilla, y subió ágilmente al árbol dorado.

Pasaron muchas horas y los doctores lo llamaron para que bajara.

Enorme fue su asombro, al ver bajar a un niño saludable.



- Gonzalo Rubén Brito Barrios, Viña del Mar. 
Concurso "Te Cuento Mi Cuento" del programa Chile Crece Contigo.


Lo encontré tirado en la calle, en un atardecer soleado de mi pueblo. Hoy lo comparto con quienes puedan sentirse como el abuelo Juan.


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