Muse - "The Resistance"

-

Muse es un grupo que me conquistó hace poco. Antes, simplemente no los pescaba. Pero cuando escuché (y vi el video) “Knights Of Cydonia”, quedé sorprendido y me entró el bichito de la curiosidad. Esa curiosidad fue satisfecha, tiempo después, cuando escuché “Black Holes And Revolutions”, disco que me agradó bastante, y que trae temazos como “Take A Bow”, “City Of Delusion”, “Supermassive Black Hole”, y la ya mencionada.

Los discos anteriores también son re buenos, y poco a poco, este grupito me fue entusiasmando, y gustándome más y más. Por eso, cuando anunciaron su disco “The Resistance” ya se habían ubicado en mi lista de “grupos por seguir”, y tenía ansias de escuchar el álbum en cuestión.

Un grupo que gusta de experimentar, y que no teme ampliar sus límites, poseen una apuesta arriesgada (como debe ser), que tiene algo de sonido ochentero, con toques de psicodelia y locura rockera (y hasta un poquito de Glam), y que a pesar de compartir rasgos con otras bandas británicas, se sale de los esquemas convencionales, algo que muy pocas bandas hacen efectivamente. El de Muse es un sonido clásico, pero actualizado al siglo XXI, atreviéndose con elementos que muchas veces son descartados como posibilidad para crear música.

Ahora, respecto a este disco en específico. “The Resistance” la rompe. Definitivamente. De lo mejorcito que he escuchado este año. Y punto. ¿Por qué, según yo? Siga leyendo. Antes, les contaré que lo escuché completo mientras caminaba por las calles de la ciudad, lo cual lo convirtió en una experiencia bastante particular, tal como es la música de esta banda.

Desde el inicio, con “Uprising”, Muse demuestra que sale a ganar, y demuestran seguridad en un tema pegajoso y de calidad, perfectamente elegido como primer single. El temita engancha desde los primeros acordes y deja establecido de que se tratará el disco, con letras rebeldes y melodías rockeras, aunque enérgicamente distorsionadas, y con añadidos instrumentales bien interesantes.

La segunda canción me sugirió una idea bien curiosa: “Resistance” me suena a un tema que, si lo miráramos desde el futuro, tendría pinta de clásico. Puede que hoy pase casi desapercibido o que le guste a varios, pero en 20 o 30 años más, nos sonará a “música que marcó época”. Debe ser por el carácter épico del sonido de esta banda, que tiene esa tendencia a lograr ambientes grandilocuentes con una instrumentalización que no se restringe a copiar lo que ya hay en el ambiente musical. Son adelantados a su época estos cabros, creo yo.

El tercer track me voló la cabeza: “Undisclosed Desires” es el primer gran experimento del disco, y la verdad es que no puede tener más estilo. Es genial lo lejos que puede llegar la música de Muse, mientras siguen siendo ellos mismos. A pesar de que se atreven y arriesgan, no se desvían de su sello, y eso es completamente rescatable. Pocas bandas lo logran sin perderse, y el resto simplemente no lo hace y suenan siempre igual.

“United States Of Eurasia” es un tema anti-pop, que es probable que no le guste al oído promedio, ni a las radios. Pero a mí se me hace notable (sobre todo después de leer “1984” de George Orwell). Tanto en ciertos momentos de esta canción, como en otros momentos del disco, uno llega a pensar: “¡Dios mío, es Queen!”. Pero luego te queda claro: por supuesto que está presente Queen en su sonido, pero más aún, lo que escuchas no es ni más ni menos que Muse, y sólo Muse.

Creo que eso es lo que más me gusta de este grupo. Tienen claramente definida su identidad, y aunque tengan influencias, como todos, no le copian a nadie, ni siquiera a ellos mismos. Y además, son capaces de buscar nuevos caminos sin perderse. Mal que mal, ¿quién más se atreve a poner un extracto de Chopin en un disco de rock en el año 2009? Ellos lo hacen, y están seguros de que funciona, porque creen en sí mismos. Y no se equivocan en hacerlo.

Después, comenzó a sonar un tema que me hizo detenerme a escucharlo (si, dejé de caminar, literalmente). Podría decir que “Guiding Light” es mi canción favorita del disco, pero no lo digo sólo porque aún no llego a lo mejor. Obviando eso, es una canción redonda, casi ideal (casi, sólo porque no me atrevo a dar un juicio tan absoluto, los que saben más me dirán si es así…). Otro track con pinta de clásico, una melodía bella de principio a fin, que oscila entre la melancolía romántica y épica de la canción, y los tintes rockeros-clásicos que nunca abandonan la música de Muse.

Los tres temas que siguen son quizás un poco más difíciles de digerir por el oído promedio, pero si se les pone atención, se puede apreciar la misma calidad que está presente en todo el resto de este trabajo. El estilo definido a pesar de la experimentación, cierta psicodelia rockera-clásica como denominador común, y la épica que le agrega la orquestación “extra”. Pero sean como sean las canciones, sobre todo, destaca que saben lo que hacen, y por eso el disco no flaquea casi en ningún momento.

Una sola crítica, aunque es generalizada: los vocalistas deberían evitar cantar en idiomas ajenos a los suyos. Aunque uno no sepa de francés, se siente raro oír la voz de Matt Bellamy en ese idioma, en “I Belong To You”. No sé si lo pronuncia bien o no, pero no se escucha cómodo, y no es totalmente limpio ni agradable. Pero tampoco es una falta tan grave (igual he escuchado intentos peores de cantar en idiomas ajenos… mucho peores), así que mientras sigan haciendo música de calidad, se les puede perdonar. Es sólo una sugerencia.

Y así, después de llegar satisfechos con lo que hemos oído hasta aquí, aún nos queda lo mejor de lo mejor.

Muse podría haber sacado dos discos: uno con todos los temas anteriores, y otro con los tres que vienen, y aún así habrían sido dos éxitos seguros. Porque, “Exogenesis: Symphony” es increíble por sí sola.

Está dividida en tres partes, que juntas hacen un poco más de 12 minutos. Lo primero que pensé al escucharla, sin embargo, fue: “¿por qué no siguen? ¡Quiero más!”. Porque esta pequeña maravilla podría durar 50 minutos más, y recién me dejaría satisfecho. Es de esas canciones que no quieres que se acaben nunca, y que repites una y otra vez para encontrar cada sonido que perdiste mientras alucinabas escuchándola.

“Exogenesis” es una sinfonía, una ópera rock que tiene elementos variados que pocas veces se han visto juntos (lamentablemente) en un disco de rock. Violines, piano, guitarras, bajo, baterías, la voz de Bellamy, y quizás cuantas cosas más que no alcanzo a dimensionar, todo junto para crear una atmósfera única, emotiva, conmovedora y atrevida, que transita por melodías épicas y contundentes. 12 minutos para escapar de este mundo.

En general, “The Resistance” es un muy buen disco (y hasta tiene bonita carátula). Quizás a los metaleros empedernidos les cargue, pero para quienes disfrutan de la música como expresión en toda su amplitud, y pueden escuchar sin problemas tanto una canción genialmente decadente de Black Sabbath, o la experimentación alocada y sin límites de Pink Floyd o Steven Wilson (y sus bandas), e incluso una maravillosa pieza de Ludwig Van Beethoven, este disco les encantará.

En Muse encuentras a Queen, a Radiohead y a Chopin por igual. Pero por sobre todo, y lo que más destaco, es que encuentras simplemente a Muse, con todo lo que eso significa.

Lo bueno: Algo que se me quedaba en el tintero: la voz de Bellamy es ideal para esta música. Y no hay ninguna canción dentro del disco que sea mala. Por el contrario, cuesta un poco elegir la mejor. No, no tanto: “Exogenesis: Symphony” gana lejos, y deja chicas a otras perlitas que trae el disco. Y eso habla bien de él.

Lo malo: Por momentos, los temas (y el disco) son demasiado cortos. Me gustaría que se alargaran un poquito más en algunas de sus composiciones, por el solo placer de escuchar algo más complejo, y no quedarse con gusto a poco. ¿Cómo sería si le dieran rienda suelta a los solos?

Una sugerencia: Les aconsejo que mientras escuchan el álbum, imaginen cosas. Piensen que están viajando a través de las estrellas, o que están peleando una guerra épica por la revolución. Imaginen lo que quieran, déjense llevar en esas ideas loquitas, y las canciones harán el resto, con sentimiento y energía. Para Matt Bellamy, el único consejo es: siga en lo suyo, compadre, que así como va, puede que le salga su “obra maestra”

Conclusión: Muse se perfila como una banda que se ubicará en un sitial importante de la música del nuevo siglo. “The Resistance” es un muy buen disco, y merece la pena que lo escuchen (igual que “Black Holes And Revolutions”), aunque no sean fans del grupo.

Cada vez que los escucho me gustan más, y espero no estar equivocado, pero creo que se están ganando de a poco, un lugar en el Olimpo. A partir de hoy, los agrego a mi lista de “grupos por los que pagaría para verlos en vivo”, jeje.


_

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Ladrona de los sentidos.

Soundtrack Cotidiano II

2 + 2 = 5