La voz de la inexistencia.


Vivir en un pueblo chico. Una experiencia sublime. Un catalizador de experiencias como ningún otro. Porque se trata de no existir para el resto del mundo, y de tener que explicar a cada persona que conoces afuera donde queda y cómo es. Pero aquí adentro, cada día ves los rostros familiares y todos existen para ti, sin necesidad de explicación.
Como en todos lados, puedes caminar sin que nadie te note. Pero aquí es menos improbable que vuelvas a ver esa expresión con la que te topaste en algún momento. Es menos probable que no reconozcas lugares, cosas y personas familiares a todo tu alrededor.

Aquí recuerdas. Son menos las cosas que pasan desapercibidas. Son más en proporción las personas que significan algo o con quienes recuerdas situaciones. Es mayor la comodidad que te da estar en un mundo ya conocido y familiar, a estar en una especie de mausoleo de concreto donde el mayor contacto que tendrás en sus calles serán los grupos espontáneos que esperan el verde del semáforo y los choques “desafortunados” con algún distraído transeúnte.
Aquí hay paz. De la de verdad. Se escuchan los ruidos naturales ambientales y se ven millares de estrellas en la noche. Puedes cerrar los ojos y respirar. Puedes sentarte en cualquier lugar y simplemente ser. Puedes ser. Eso es lo mejor.


Hay verde-hoja, hay azul-cristalino y celeste-cielo. Pero como conceptos llenos y no como las copias piratas de la gran urbe. Hay panes amasados, humitas y mondongos, puros, recién salidos de las manos de sus creadoras. Hay niños jugando fútbol en calles de ripio por donde no pasan autos muy seguido, permitiéndoles esos partidos épicos, de horas, donde el último gol gana.

¿Diferencias cotidianas con la urbe? Son de lo más notorias. La velocidad en el andar, la recepción de decibeles en tus oídos, la identidad integrada y la infinitamente menor cantidad de crisis de angustia y soledad entre sus habitantes.
¿Pueblo chico, infierno grande? Eso depende de cómo defines “infierno”. Pero lo más seguro es que no puede ser peor que cualquier cosa que ya conozcas; no está más cercano de un “infierno” que cualquier cosa que puedas argumentar en contra.
Reconozco que también tenemos un problemilla. El hecho de no existir parece pegarse en nuestras esencias y moldear nuestras personalidades. Nos quita la voz. Nos hace cómplices de la agonía.
Entre mis coterráneos, cada vez hay menos iniciativa, cada vez hay más conformidad con lo que reciben, porque no sienten que merezcan más de lo que sea suficiente para seguir sobreviviendo.


Aún así, es una maravilla. Aún así se puede hacer algo al respecto y se puede disfrutar vivir en estas tierras. Están más cerca de lo natural, están más lejos de la artificialidad contemporánea del hombre.
Algún día se escuchará la voz de la inexistencia, y sonará como una voz pausada, pero segura de lo que ha cultivado. Serán las voluntades de los inexistentes las que nos levantarán y les demostrarán al resto que en, y desde los pueblos chicos, hay mucho que decir, mucho más de lo que parece existir.

Comentarios

Kao dijo…
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Kao dijo…
mm, la inexistencia, o sea yo no...

tu sabes que existo, y que las cosas simples si existen... acá pasan desapercibidas... acá las cosas pasan desapercibidas porque un quiere... y tienes razón, es culpa de uno, y yo elegí ser así... aunque la elección es bastante relativa...
Zirijo dijo…
compare....sabe, la urbe entrega algo que en el mundo que acaba de relatar no exite, el anonimato, la capacidad de armarse y rearmarse cuantas veces sea necesario para enfrentar estas olas de sujetos no-pensantes que cruzan las calles de la gran ciudad. hay algo muy cierto en lo que afirma, eso de que se viven grandes soledades, pero eso se contraresta con la capacidad de ir a algun lugar y encotrara lo que se te ocurra, personas, cosas, "productos" que en tu vida imaginarias que exiten si uno se queda "oculto" en el campo...


socio, le digo algo, el campo es bonito, relajante, reconfortante, tranquilizador...pero la velocidad de la ciudad es suficiente para darle profundidad (y suena como contradicción)) a la vida.
alma.verde:. dijo…
yo vivo la misma experiencia de haber vivido en un pueblo chico. y todo lo que describes es para mi, incomodidad y disgusto.
no me parece agradable ver siempre las mismas caras, que todos sepan del accidente que tuvo el vecino, que al presentarte digas tu apellido y te respondan ahhh! tu eres de los "Perez" de allá, pariente de la rosita perez?, precisamente eso de no encontrarte nunca nada nuevo, me parece una pesadilla.
soy una convencida de que las cosas nuevas al final se las hace uno mismo en la vida, pero nunca está demás una ayudadita del entorno.
yo nunca pertenecí a un lugar como este, nunca perteneceré y por eso me fui.
bien por ti, en todo caso
todos somos diferentes
pero no cambio una ciudad por nada.
kontraky dijo…
hola! llegue acá porque un niño del msn me tiro este link, y estuve viendo tu blog y tus escritos me parecen interesantes!.
Con respecto a este, me llamo la atención porque soy una persona urbana 100%, me crie callejeando, kitando bicicletas ajenas, acostumbrada a chocar y que me chocaran, y ese estilo de vida, rapido, lleno de materialidad no necesariamente necesaria es lo ke nos marca la pauta de vida a muchos, pero eso es lo que hace una especial diferencia y no menos enriquecedora con lo que se vive, desde otro punto de vista, como lo que acabas de escribir, respecto a lo de 'pueblo chico'. Actualmente me toka hacer mi practika en un sector rural, y la diferencia mia de caracter, de aura, de vida, con lo que ahi como realidad me toca enfrentar choca, y es por eso que es para mi interesante conocer los diferentes puntos de vista, ya que este tema no es habitual tocarlo en el medio, y menos, como en mi caso, siendo yo la intrusa.

saludos infernales

http://kontraweb.blogspot.com
Kao dijo…
ya poh loko actualiza el blog, antes era yo el que lo tenia botao y eso que ahora si estoy estudiando...


ah y es pa que veay como me qued{o Xd

te sacaré pica cuando lo veas...


see you!
En verdad que existe mucha diferencia entre la urbe y lo rural, entre las culturas del cemento y del polvo (tierra, campo). Aun así cada uno de los lugares tiene sus virtudes y defectos, depende como lo vivas y asumas cada lugar.

Aparte:
Te encontré en el directorio de blogs chienos, me llevé la sorpresa que tambiñen eres de Yungay... Te felicito por escribir, no he podido encontrar personas de Yungay que escriban blog, casí todos tienen solo fotolog.

Mi dirección es: http://teinvitoaopinar.blogspot.com

Bye..
Zirijo dijo…
te robé la foto donde dice "se prohibido dejar caballo." ((quien redactó eso wn..XD ))

:P
Unknown dijo…
Yungay?
nose bueno leo, y pienso si en cierta forma siento como un pesar el habere criado siempre en la ciudad, pero pienso que todo es necesario.
debp admitirlo en mi caso, las cosas que quiero lograr mis realizaciones necesita una parte urbana
pero sinceraente se me es imposible imaginar la vida encerrado en una ciudad.
no me puedo imaginar como es el pasar un verano sin salir a acampar lejos, ver nuevas estrellas, pasar frio aunque suenee incomoda para muchos.
una persona dsolo se puede encontrar asi mismo fuera de todo aquello que nuble la percepcion del ser como tal, estando uno mismo. sin agitaciones.
pero por otro lado no me gustarçia haber vivido en un pueblo en que todos sepana mi vida.
me gusta contar mi vida pero supongo que ese anomato permite rehacer cosas ya que como me pasço antes, la gente no permite muchas vees un cambio y estigmatisa con tal o cual cosa
bueno ese es mi aporte
con respecto a tu post en alas
gracias, claro la historia estça casi lista en mi casa, y me serçia extraño buscar una situaciuon donde se conozcan, pero no seria malo hacero mas adelante, por que no pienbso estancarme con una sola historia
y espero algun dia publicar
bueno saludops
se despide
"el duende del otoño"
Anónimo dijo…
HOLA IÑOR:
LO FELICITO POR SU FORMA DE VER LA REALIDAD DE VIVIR EN YUNGAY.
ES ENVIDIABLE LA PAZ Y TRANQUILIDAD QUE SE RESPIRA EN ESTE VALLE TEMPLADO.
Y PARA QUIÉNES NO ESTÉN DE ACUERDO, BASTA QUE OBSERVEN CÓMO SE VIVE EN LA JUNGLA SANTIAGUINA DESDE LA INAUGURACIÓN DEL FAMOSO PLAN ESTRELLA DEL TRANSANTIAGO... ESTRESS, GENTE ALTERADA, CORRIENDO, INSULTÁNDOSE, A EMPUJONES, AGARRONES, ETC., ESO CREO QUE NO ES UNA VIDA DIGNA...
EN CAMBIO VIVIR EN UNA CIUDAD PEQUEÑA, CON AIRES CAMPESTRES Y MUCHA PAZ...NO TIENE NOMBRE COMPADRE.
FELICITACIONES.
ATTE.
EL GANCHO ULLOA

Entradas más populares de este blog

Ladrona de los sentidos.

Soundtrack Cotidiano II

Universo Paralelo